No diré nombres pero hace algunos días vi a la madre de un chico con el que compartí toda la primaria en la escuela. Ella no me ha conocido porque estoy algo más alta que entonces supongo, pero yo sí. Está igual que como la tenía en mi cabeza, me hubiese gustado tanto decírselo... no sé para qué. La cuestión es que he comenzado a recordar a su hijo, del cual me sabia nombre y coñome, como dicen los italianos. Bueno de él y de los otros veintiocho de mi clase. Me los sabia y me los sé, aunque crean que me he olvidado. Algunos ni gustan saludar ahora, cuando hemos compartido nuestros tesoros de entonces; lápices, sacapuntas y bolis de gel, de los buenos. De esos de colorines con olor y purpurina. Y ahora miran al cielo. Ya te vale M.B. Esta te la guardo.
Adjunto una foto de los lápices de colores de A.C., los encontré el otro día. Si lees esto, quizás tú también los recuerdes. Ahora son míos.
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