No sé nada de neurología pero, qué tendrán los diminutivos que en la vida, me vuelven loca. Sobre todo las cosas que habitualmente vemos, como algunos locos llaman, a tamaño natural ¿Tamaño natural? ¡pues yo preferiría que fuera casi todo más pequeño! Como Pulgarcita cuando viajaba en abejorro.
Veréis, yo tengo un lápiz más pequeño que mi dedo meñique, no puedo escribir con el pero supongo que lo guardo por si algún día encoge el mundo. Si lo hiciera un día de estos, yo podría seguir escribiendo mientras que el resto de los humanos, tendría que escribir con grua la lista de la compra. Hay gente que se preparó para el fin del mundo. Yo, en cambio, para la vida diminutiva. Porque me hace sonreír y porque me ayuda a imaginar lo pequeñas que podemos llegar a ser las personas por mucho que el mundo encogiese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario